Pablo Fidalgo Lareo é natural de Vigo, aínda que actualmente
reside en Lisboa. Poeta da xeración dos oitenta xa leva publicados catro
poemarios ata o de agora:
La educación física. (Pre-Textos, 2010)
La retirada (Premio
Injuve, 2012)
El tiempo de las tragedias absurdas. (Fundación Cuña-Casasbellas, 2012)
Mis padres: Romeo y Julieta. (Pre-textos, 2013)
Propoñemos algúns dos seus poemas para rematar este mes de
maio:
Propoñemos algúns dos seus poemas para rematar este mes de
maio:
Si conocerse es guardar el secreto durante años
nos hemos conocido.
Si sólo pudieras conocer a una persona más
¿Me elegirías a mí?
Si sólo pudieras conocer un días más
¿Sería este?
Si sólo pudieras vivir una noche más ¿Elegirías dormirte? La
educación física
Sentía vergüenza
de mis padres
por tener que
explicar su separación
sin poder
explicar antes su amor.
Mis padres viven
juntos sus primeros años
sin que sus
familias lleguen a enterarse.
Todos sus amigos
guardan el secreto.
Yo transformo su
necesidad de silencio
en un primer
amor por las mentiras.
Mis padres
buscaron un lugar en la playa
donde poder
protegerme de la historia.
Muchos años
después volví a esa playa,
cada día una
mujer distinta me preguntaba
¿E ti, de quén
es fillo?
Mis padres:
Romeo y Julieta.
¿Después de todo
quién recuerda
un conflicto
entre dos familias
en esta absurda
tierra
en esa absurda
época?
Madre, creíamos
que todos estos años sin él
eran tiempo
perdido
y cuando
finalmente fui a conocerlo
supe que era
tiempo ganado al dolor.
Yo soy hijo de
los que se bañaban desnudos
pero nunca
perdieron la vergüenza.
Mi declaración
de amor fue desnudarme en la calle
y volver a
vestirme sin explicar nada más. Mis padres: Romeo y Julieta.
La luz se movía
entre los árboles,
y yéndonos del
río, vimos a un hombre y una mujer desnudos.
Vimos a su hijo
acostado en una toalla
como si los tres
acabaran de nacer.
Inclinados sobre
el niño, adorándolo,
podrían ser tus
propios padres y tú mismo.
La belleza es
incontestable para nosotros
que hemos
atravesado el infierno.
Mire donde mire
están ellos
que ni siquiera
se giran para ver quién soy
totalmente
concentrados en su propia fe.
Después seguí mi
camino deseando ser un padre
expulsado del
paraíso una vez más,
pero sabiendo
que quizá esa belleza, ese amor,
no se me habían
entregado.
Y entendí,
después del instante perfecto,
que todo se
renueva de golpe: padres e hijos.
Pero nosotros
cuando vamos a un lugar
no nos llevamos
ningún recuerdo.
Hemos sido
irrepetibles y fascinantes tantas veces al día
que nadie se ha
fiado de nosotros.
Allí donde
vayas, mires donde mires,
tus padres
renuevan su presencia,
vigilan que todos
sepan quién eres
aunque les
cueste la vida. Mis padres: Romeo y Julieta